Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la
neurología, derivando progresivamente sus investigaciones hacia la vertiente
psicológica de las afecciones mentales, de la que daría cuenta en su práctica privada. Estudió en
París con el neurólogo
francés Jean-Martin Charcot las aplicaciones de la
hipnosis en el tratamiento de la
histeria. De vuelta en Viena y en colaboración con
Joseph Breuer desarrolló el
método catártico. Paulatinamente, reemplazó tanto la sugestión hipnótica como el método catártico por la
asociación libre y la
interpretación de los sueños. De igual modo, la búsqueda inicial centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de síntomas, fue abriendo paso al desarrollo de una teoría
etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se convirtió en el punto de partida del
psicoanálisis, al que se dedicó ininterrumpidamente el resto de su vida.
Freud postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa,
2 tesis que causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la
Viena de principios del
siglo XX y por la cual fue acusado de
pansexualista. A pesar de la hostilidad que tuvieron que afrontar sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por convertirse en una de las figuras más influyentes del
siglo XX. Sus teorías, sin embargo, siguen siendo discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su aporte al campo del
pensamiento y de la cultura en general, existiendo un amplio debate acerca de si el
psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia.